Lucrecia limpiaba y listo. Su pelo largo de líquen alargaba su rostro pálido y
fino casi transparente la lámina de su mejilla dejaba ver su materia prima que
tanto ocultaba. Su limbo estaba hecho de lodo para poder gozar los laureles
pero no había forma de salir de ese laberinto en el que sólo las luciérnagas
conocían el camino rodeando el lago y luego atravesando los ligustros
montada en el lomo del unicornio cuando la luna mojaba y ella lero lero lamía
sin pelos ni liendres en su lengua sin ley.
Wednesday, April 11, 2007
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